Atlanta, viejos tiempos siempre fueron mejores: Primera Entrega

Artículo dedicado al pasado de los Hawks

Mike Budenholzer durante un partido de los Hawks la pasada campaña. Nil Alemany (SB)
Mike Budenholzer durante un partido de los Hawks la pasada campaña. Nil Alemany (SB)

«Old Times Were Better». Así reza un viejo dicho inglés que es especialmente cierto cuando se aplica a los Hawks ya que, a pesar de que el equipo está cuajando una temporada más que decente, no nos vamos a engañar, no es nada comparable a la temporada 2014-1015. En este artículo pretendo hacer un repaso a la temporada más gloriosa en la historia de la franquicia, ¿me acompañas?

La temporada 2014-2015 no fue una temporada más en Georgia, fue LA temporada, una época de romper récords, de sorpresas, una época de sueños y de ilusiones para los aficionados de los halcones, os pongo en situación: el equipo llevaba 5 años entrando en playoffs sin pena ni gloria, siempre apurando, muchas veces en los últimos puestos (incluso llegaron a clasificarse con récord negativo) y siendo vilmente arrasado en primera o segunda ronda. Tenían un proyecto constante pero sin recompensa visible que necesitaba un golpe de efecto. En 2013 llega Budenhozer (el entrenador que actualmente recibe elogios por parte de absolutamente toda la liga por su trabajo con este equipo y, en la humilde opinión del autor, un genio) y Atlanta se clasifica para la postemporada a duras penas con un pobre 38-44 como octavo del este, pero ya empiezan a dar sorpresas al estar muy cerca de ganar a los «super Pacers» (aquellos de Paul George, Roy Hibbert, David West… que se habían llevado el este por encima del Miami de LeBron), llegando a ir por delante en la eliminatoria y forzando el game 7.

Pero a pesar de este hecho, los Hawks seguían por debajo del radar, nadie se fijaba en ellos y los periodistas tenían cosas mejores de las que hablar. En el verano previo a la siguiente temporada no hubo movimientos demasiado importantes en la plantilla (se fichó a Kent Bazemore y Thabo Sefolosha además de la salida de Lou Williams) por lo que nada auguraba que la temporada 2014-2015 fuera a ser muy diferente a las anteriores pero lo fue, y de qué manera.

Los primeros meses de competición transcurrieron como cualquier otra temporada, hasta que en diciembre comenzó una racha de victorias que únicamente fue capaz de frenar Orlando (y fue con un buzzer beater de Nikola Vučević que le dio la victoria a su equipo por un punto, 99-100) y Milwaukee. Así que al finalizar el último mes del año el récord era de 22-8, para ser un equipo que venía de ser octavo en el este y cuya proyección no superaba mucho esa marca, ¿no está mal no?. El equipo funcionaba, desplegaba un estilo de juego rápido, con muchos cortes, movimiento de balón y buena selección de tiro, así que de esta manera entraron el el mes de enero de 2015.

Ese mes, el mejor mes natural de la historia de la NBA y, por supuesto, de los Atlanta Hawks. Un mes sin una sola derrota, ganando a grande equipos como Clippers y Cavs (que serían finalistas de la NBA) y cada vez más cerca de asegurar el primer puesto del este, «Coach Bud» ejercía su magia y el equipo lo notaba. Lo notaba en las rotaciones con la importancia de un Dennis Schröder que, por aquel entonces, tenía un rol de sexto hombre que cumplía a la perfección,  en el movimiento de balón que siempre encontraba a un jugador solo para un tiro cómodo, en el número de asistencias por partido (Atlanta era el segundo, solo por detrás de Golden State), en la mentalidad del equipo que trasformó el hándicap de no tener grande estrellas en una ventaja para el juego colectivo y ayudó al desarrollo de todos los jugadores. Y de esta manera un equipo que siempre pasaba desapercibido sorprendió a toda la NBA colocándose primero del este por encima de todos los favoritos, haciendo un mes perfecto y, como colofón, metiendo 4 jugadores en el All Star (Paul Millsap, Al Horford, Jeff Teague y Kyle Korver).

Todo esto a pesar de tener un problema muy grave que no era otro que el rebote, ya que los jugadores interiores del equipo eran pequeños en comparación los rivales, y a la hora de jugar contra jugadores más físicos y/o más grandes, sufrían en exceso por la cantidad de segundas oportunidades que ofrecía esa falta de rebote defensivo, pero bueno, ese defecto le da más valor al mérito que tienen el equipo ¿no?.

¿Qué pasó con este equipo de récord? ¿Cúal fue su desempeño en los playoffs? Estas preguntas y muchas más las responderé en el próximo artículo de esta serie sobre el pasado de los Atlanta Hawks, así que me despido hasta la próximo entrega deseando que te haya gustado. ¡Nos leemos!