Los Wizards se llevan un partido muy igualado
Washington Wizards 96 - Indiana Pacers 94
Partido muy igualado el de anoche en la capital de los EEUU entre unos descafeinados Indiana Pacers, que navegan sin rumbo por la liga tras la lesión de su jugador franquicia para toda la temporada (más las lesiones de George Hill, CJ Watson, David West y Rodney Stuckey) y la marcha del jugador más mejorado de hace un par de campañas, Lance Stephenson, a los Bobcats; y unos aspirantes Washington Wizards, que si el año pasado ya hicieron cosas bastante importantes en el este, ahora han sumado un año más de experiencia y a un jugador del calibre de Paul Pierce.
El partido se desarrolló de una manera muy igualada, hasta el punto de que las anotaciones del primer y el tercer cuarto acabaron empatadas (24-24 y 20-20), aunque bien es cierto que en cierta fase de la segunda mitad los Washington Wizards llegaron a tener una ventaja máxima de 12 puntos que acabaron dilapidando entre el final del tercer cuarto y comienzo del último.
EL culpable de esta remontada fue de un Donald Sloan que asumió la responsabilidad anotadora y el timón de su equipo con los 31 puntos y 7 asistencias registró el base Louisiana, pero que solo se vio acompañado a lo largo del partido por Chirs Copeland (19 puntos y 12 rebotes) y Salomon Hill (14 puntos y 8 rebotes); de Roy Hibbert hablaremos más adelante, porque fue el protagonista del partido.
Algo más decepcionante fue la actuación de unos Wizards de los que esperábamos mucho más ante unos Indiana Pacers tan lastrados y descabezados como estos, aún así, la calidad de John Wall sigue valiendo para ganar partidos como el de anoche, y su doble-doble de 31 puntos y 10 asistencias es una buena muestra de ello. De haberse mostrado tan eficaces como en partidos anteriores sus jugadores interiores, Gortat y Nene (16 y 8 puntos respectivamente), el encuentro se habría acabado mucho antes.
Pero no fue así y llegamos con empate a 84 y posesión para los Wizards, que se la dan a Paul Pierce en la línea de tres puntos, finta el tiro, hace volar a para acabar tirando solo… pero el aro devuelve el balón y la prórroga se hace inevitable. En esta, tal vez resentido por su fallo en el tiro que podría haber dado el partido a su equipo, los primeros puntos serán para un Pierce que recibiendo en la línea de tres, encara a Luis Scola y acaba colgándose del aro.
Eso sí, el protagonista de la prórroga sería un John Wall que anotó 7 de sus 31 puntos en este tiempo extra para dejar a su equipo 96-94 por encima a falta de tres segundos. Y es aquí cuando llega en tiempo de nuestro protagonista, Roy Hibbert, Decir que estaba haciendo un partidazo no sería lo correcto y, bueno, sería faltar a la verdad. Solo dos puntos llevaba el Center de los Pacers, y anotados desde la línea de personal, con seis fallos en los seis tiros a canasta que había realizado a lo largo del partido. Por lo que, vio que estaba en racha, lo sumó a que en toda su carrera había encestado 6 de 21 triples y a que no había tirado aún desde la línea de tres en toda su carrera. Resultado: «Vi que la pelota viene a mí, así que tuve que lanzar». Tan maravilloso análisis de la jugada acabó, como no podía ser de otra manera, con la pelota golpeando el hierro («No es mi fuerte», diria Hibbert también después del partido, demostrando que sabe leer mejor sus capacidades que el juego), y con los Pacers regresando a Indiana con un Frak Vogel encantado de la vida.
«Ir a por la victoria no significa que sea Hibbert el que tenga que ir a por ella».