Miami Heat: el despertar de los rookies

Tanto Ennis como Napier han dado un paso al frente

Comenzar una carrera baloncestística rara vez es fácil en la NBA. A excepción de un puñado de jugadores bendecidos por un toque divino, el resto de los mortales sufren a menudo en sus primeros años. Además, el sabor del dinero y la dureza de la temporada muchas veces acaban por arruinar carreras de jugadores que, a priori, parecían prometedoras.

Si nos vamos a Miami, podemos pensar en jugadores que han vivido las dos caras de la misma moneda. Los dos líderes de la plantilla, Chris Bosh y Dwyane Wade vivieron situaciones completamente diferentes en su año de rookies. Bosh se vio obligado a jugar en una posición distinta a la suya, y pese a que lideró a los rookies en rebotes y tapones (7.4 y 1.4, respectivamente), no lo tuvo nada sencillo. Sin embargo, el jugador se sobrepuso a la situación. De hecho, en anotación llegó a 11.5 puntos por partido, cantidad que, si bien no están mal para un rookie, resultan mucho más valiosos jugando fuera de lugar. Aprobado con nota para CB4 considerando su gran esfuerzo.

Por su parte, Wade, número 5 del Draft por detrás del mismo Bosh, recaló en unos Heat con poco que perder. Pronto se hizo con las riendas del equipo, riendas que a día de hoy aún se resiste a soltar. En su primera temporada se fue a 16.2 puntos, 4 rebotes y 4.5 asistencias para meter a su equipo en Playoffs. Pasada la RS, el jugador se convirtió en el tercer rookie en liderar a su equipo en puntos y asistencias y, para rematar la temporada, el jugador encestó la canasta ganadora para enviar a su equipo a semifinales, donde caerían finalmente por 4-2. Merecido sobresaliente para D-Wade.

Las dos últimas perlas en llegar a South Beach, James Ennis y Shabazz Napier, tampoco están pasando por un camino de rosas precisamente. En el caso de Ennis, llegar a la NBA también tuvo más complicaciones que para otros. Los Heat le habían echado el ojo como futurible para el Draft. Finalmente, acabarían haciéndose con él tras traspasar un futuro pick de segunda ronda a los Hawks, que le seleccionaron en la posición 50 de la segunda ronda, un puesto con poco glamour para todo jugador NBA. El problema para Ennis sería diferente, no obstante, y es que problemas con el límite salarial impidieron que recalara en los Sioux Falls Skyforce (filial de los Heat en la D-League). Las necesidades económicas de su familia llevarían al jugador a tomar la decisión de jugar en el extranjero – Australia y Puerto Rico -, decisión que podría haber implicado el destierro definitivo de la NBA.

Sin embargo, su gran rendimiento, pese a tratarse de ligas de poco prestigio, llevaron a los Heat a darle una segunda oportunidad en la Summer League del pasado verano, la cual exprimió al máximo. El buen sabor de boca que dejó les llevó a ofrecerle un contrato no garantizado, si bien parece que por el momento no va por el mal camino. Después, en pretemporada tampoco no defraudó. Promedió 10.9 puntos con un 50% en TC y 40% en T3, guarismos realmente buenos para alguien con quien ni contaban.

Posiblemente sea Napier quien contaba con más confianza de los dos, ya que aterrizó en Miami con el cartel de protegido de LeBron. En días previos al Draft, la actual estrella de los Cavs mostraba su deseo de contar con el base de Uconn, lo cual le convirtió en el objetivo prioritario de la franquicia. En la noche del Draft, un rato después de la selección de P.J. Hairston por los Heat, se hizo público el intercambio de ambos jugadores con Charlotte. De esta manera, colmaban uno de los deseos de su estrella con vistas a una posible renovación.

La marcha de LeBron a Cleveland, y las declaraciones del jugador asegurando que le costaba manejar el balón oficial de la NBA, dieron pie a un sin fin de rumores. Pasada la pretemporada ya nadie se preguntaba si Miami la habia pifiado en el Draft, pues el mismo Napier se encargó de acallar las críticas a base de un buen juego , 10.2 puntos por partido y una gran dirección de juego con sólo una pérdida por partido.

El problema retornó para ambos jugadores con el comienzo de la regular season. Mismos rivales y mismos escenarios. Sin embargo, algo cambió en su juego. Posiblemente presas del típico miedo escénico de los primeros partidos, su incidencia en el juego se resintió. Así pues, en su estreno oficial en la NBA se combinaron para sumar 7 puntos, 5 rebotes y 2 asistencias entre los dos en 15 minutos de juego cada uno, cifras muy distantes de lo acontecido sólo días antes. Sin embargo, conforme han pasado las semanas, han dado un plus en su rendimiento paulatinamente, muy especialmente Napier.

Por suerte para ambos, se han producido bajas que les han permitido disfrutar de más minutos que al principio  – entre 15 y 20. En el caso de Ennis, el corte de Brown le quitó competencia en el puesto, mientras que Napier se ha beneficiado de la lesión de Cole e, indirectamente, de la de Wade, pues Chalmers ha estado cubriendo su puesto. El incremento de minutos tan sólo les podía afectar positivamente, pues les ha permitido familiarizarse mucho mejor con el estilo y los compañeros.

De esta manera, el base de 23 años no ha bajado de la decena de tantos en las últimas semanas, mientras que el alero ha dado muestras de calidad combinadas con buenos partidos en anotación, pero de forma muy irregular. Así, ha ido alternando partidos bastante buenos con otros en los que dejó a cero el casillero anotador.

El aventajado de la clase es Napier, mientras que Ennis sólo deja muestras de su calidad con cuentagotas, de eso no hay dudas. Pero de que los dos tienen condiciones para ser importantes en el futuro tampoco las hay. Mostrar la calidad de jugadores de la talla de Wade en su primer año no es sencillo, pero si logran hacerse con el estilo del equipo tras un periodo de adaptación, ambos podrían asentar las bases de unos futuros Heat que enlacen con la generación de Wade, Haslem y Bosh.

Por el momento, no obstante, tendremos que conformarnos con las gotas de calidad que nos regalan, cada vez, más a menudo.