Una derrota liberadora

La primera derrota de GSW puede tener sus beneficios

wikimedia.org (CC)
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La noche del sábado, los Warriors cayeron por primera vez esta temporada, perdiendo así la posibilidad de alcanzar la racha de 33 victorias seguidas de los Lakers de la 71-72, o de llegar a la morbosa situación de que el día de Navidad, LeBron y sus Cavs tuvieran la opción de evitar que el equipo de la Bahía empatara el récord laker. No faltaron obstáculos durante la racha de victorias “Warrior” en forma de lesiones (Harrison Barnes, Klay Thompson, Bogut en algún partido, Barbosa…) o en forma de partidos durísimos (los duelos contra Toronto o el partido contra Boston Celtics son ejemplos bastante claros).

Está claro que el equipo que dirige Luke Walton ha tenido, desde el momento en que esta racha empezaba a coger un tinte histórico, una presión añadida en cada partido, y sus rivales un punto más de motivación de ser el equipo que cortara la racha a estos Warriors (no hay más que ver el ambientazo que vimos en el TD Garden el pasado viernes, digno de un partido de Playoffs). Con lo cual, me empiezo a plantear una cuestión: ¿Puede ser positivo haber cortado ya la racha?

No me confundan, Dub Nation, soy el primero al que le emocionaba levantarse cada mañana y echar un ojo para ver si los Warriors habían vuelto a ganar, y está claro que al ver el resultado de esta madrugada en Milwaukee, no he podido evitar sentir una ligera decepción. Pero más allá de los récords y las rachas, el objetivo real de los Warriors no es otro que repetir título. Y para repetir título, personalmente, pienso que hay que medir fuerzas.

Apretar el acelerador a fondo a principios de temporada, con aún 57 partidos por delante, no parece la mejor idea si el equipo quiere llegar a su punto óptimo de rendimiento en abril, dónde realmente se juega lo importante, dónde lo hecho durante 82 partidos importa o no. El ejemplo perfecto de gestión de esfuerzos lo podemos encontrar en Popovich y sus Spurs. Empezar las temporadas a medio gas, lo cual no quita que ganen muchos partidos, y a partir del All-Star empezar a engrasar la máquina para los Playoffs.

Dicho esto, también hay que destacar que a lo largo de esta racha de victorias, Walton ha podido dejar en muchos últimos cuartos a los Splash Brothers y a otras piezas clave en el banquillo, con lo cual: ¿no se caería lo expuesto anteriormente por su propio peso?

La respuesta es que no, ya que el cansancio más importante a lo largo de esta racha, en mi opinión, no ha sido el físico, sino más bien el mental. Posiblemente, durante las primeras ocho victorias de esta racha, por poner una cifra al azar, Curry y sus compañeros simplemente salían a disfrutar jugando a este bello juego y a ganar, pero una vez el ruido mediático empieza a hacerse ensordecedor, hablando de superar la racha de 33 victorias consecutivas, de superar el récord de los Bulls del 96, es difícil que no llegue al equipo, y quieran o no, tanto jugadores como staff técnico, no salen solo a ganar, salen porque quieren seguir haciendo historia y quieren alargar la racha. Y créanme, si yo fuera jugador o entrenador de los Golden State Warriors (bendito sueño…), también hubiera dado el máximo para alargar esta racha lo máximo posible. Porque una vez llegados a este punto de la montaña, ¿por qué no llegar a la cima?

Tras perder, los Warriors pueden hacer un cambio de chip, tomar aire y seguir trabajando lo mejor posible para conseguir el objetivo realmente prioritario en Regular Season, que no es otro que asegurar el primer puesto de la Conferencia Oeste, tratar de tener el mejor récord de la liga para volver a tener el plus que supone tener “factor cancha” en todas las eliminatorias (¿soy el único que piensa que esto, teniendo una afición tan ruidosa como la del Oracle, es lo más importante de todo?) y también podrán administrar mejor los esfuerzos. Básicamente, lo mismo que se hizo el año pasado.

Con lo que sí nos tenemos que quedar es con el mes y medio que este equipo nos ha dejado para el recuerdo, con actuaciones memorables, con el paso adelante dado por Harrison Barnes hasta la lesión o el crecimiento de Ezeli. Podemos quedarnos también con la demostración de que el staff técnico es un grupo de trabajo espectacular, que ha sabido mantener el nivel y haciéndonos olvidar que este 24-0 ha venido liderado por un entrenador asistente que ha tenido que coger el testigo por enfermedad del entrenador jefe. Podemos resaltar que este equipo sigue demostrándonos un hambre tremenda, y que no les basta con el anillo conseguido hace seis meses. Hay demasiadas cosas con las que nos podríamos quedar de este inicio fulgurante.

Si tuviera que resumirlo todo en una sola idea, diría que esta racha de victorias ha sido un golpe encima de la mesa, avisando de que lo del año pasado no fue flor de un día, y que los Golden State Warriors, de nuevo, están sobradamente preparados para repetir título. Por qué después de ver esta salvajada, ¿quién duda de que durante el resto de la temporada nos puedan seguir sorprendiendo con cosas aún más alucinantes?