La familia Ball: ¿el nuevo peligro de la NBA?

¿La influencia del padre les hace conflictivos?

La familia Ball ya son todo un reclamo/Los Angeles Magazine

La «Ball-manía» está llegando al baloncesto universal a una velocidad totalmente increíble, los tres hermanos llevan años siendo protagonistas de muchas noticias, siendo vigilados por scoutings y periodistas de todo el país. Quizá no llenan estadios (de momento); pero sí hay mucha gente que paga su entrada solo por verles tanto al mayor en la universidad como a los otros dos en el instituto. A los tres les presagian un futuro en la NBA, pero al mismo tiempo yo predigo una cosa más: los tres van a ser un quebradero de cabeza gracias a Lavar Ball, su padre.

Esto merece un debate más extenso sobre un problema de raíz del deporte formativo: la necesidad sin control de algunos padres de ver a sus hijos triunfar cueste lo que cueste, dejando a un lado lo realmente bueno del deporte: transmitir valores positivos como la amistad, el compañerismo, el respeto o la competitividad sana. Pero, de momento, nos quedamos con el Ball Team.

La familia Ball son uno de esos productos casi perfectos por el que se matan empresas, televisiones, radios, revistas… Ya han sido protagonistas de numerosos reportajes y el hype que han conseguido acumular ha llegado a puntos increíbles y Lavar Ball está buscando la forma de asegurar que el futuro de su apellido se escriba con letras doradas. Posicionando a sus hijos en el mercado, acaparando los focos a base de declaraciones fuera de lugar y viviendo por sus hijos todo lo que no pudo vivir por él mismo. Vamos a hacer un viaje por cada hijo y viendo el grado de implicación/acción que podría estar teniendo en ellos Lavar sabiendo que el primer objetivo de la familia está más que cumplido: Lonzo es la estrella de una universidad histórica como UCLA y tanto LiAngelo como LaMelo ya han firmado sus respectivos compromisos con la misma uni californiana (destacar que el pequeño de los Ball lo hizo con 13 años de edad).

Lonzo Ball: «el próximo Curry en los Lakers»

El primero de la saga es, posiblemente, el que más méritos propios ha cosechado para estar donde está y la columna vertebral de este entramado; si Lonzo no estuviera donde está, ninguno de los otros dos tendrían, probablemente, su futuro inmediato tan bien asegurado. 

Lonzo Ball está disputándose con Fultz el honor de ser el base más prometedor de una camada que se espera que sea espectacular. Claro candidato al pick1, han llegado a compararlo con el mismísimo Magic Johnson por su capacidad de pase con sus 2 metros de estatura. Tan llamativo es su potencial como fea su mecánica de tiro, aunque mientras los meta… Promedió un triple-doble en el instituto y casi promedia un doble-doble en UCLA, donde es el líder indiscutible. Poco más podré decir yo que no se haya dicho en este análisis de los 5 mejores exteriores de este Draft.

Y aquí es donde entra su padre. Líder de este clan que no ha dudado en salir en todos los medios importantes dejando toda clase de declaraciones. Desde las típicas de que la universidad de su hijo ganará el campeonato seguro hasta la afirmación en la que asegura que será mejor que el doble MVP de la NBA: Stephen Curry.

LaVar Ball no ha tenido tampoco reparos en afirmar cual es el equipo en el que le gustaría que terminase su primogéntico: Los Angeles Lakers. Llegando a decir —aunque luego haya retrocedido en sus palabras— de que su hijo solo jugaría en el equipo de oro y púrpura. Esto no es casualidad; y es que los Ball saben vender una historia y los angelinos son la mejor opción. Será un icono en LA, un gran reclamo publicitario y será lo que llevan buscando años los Lakers: un hijo pródigo. Con los rumores que nombraban a Westbrook o Love por su pasado en UCLA como, ahora mismo, los que relacionan a franquicia con Paul George por ser de California demuestran que están buscando esa «historia de amor perfecta» y Lonzo Ball la encarnaría a la perfección. Sí, Lonzo Ball es tan bueno que no necesita «ser vendido»; pero mejor asegurarse de enamorar (deportiva y empresarialmente hablando) a la mejor opción económica del posible TOP3.

LiAngelo Ball: ¿El tapado?

El mediano de los Ball terminará su etapa high school esta misma temporada e imitará el viaje a California como su hermano. LiAngelo… Creo que es el hermano listo de la familia; porque, de momento, en lo que al baloncesto se refiere, no termina de llamar la atención. LaVar Ball lo tiene claro; sus tres chiquillos tienen talento para ser jugador de one and done —pasar el año de freshman en la universidad, porque es obligatorio, e inscribirse en el Draft—. Pero parece que va a tener que comerse sus palabras con su segundo hijo; ya que de momento su nombre no aparece en ninguno de los mocks Draft del 2018.

Además, e igual es la razón por la que pocos hablan del pobre LiAngelo, es un jugador que no tiene nada que ver con sus hermanos. Descartado totalmente como base; destaca por ser un escolta anotador, buen rango de tiro y capacidad de meter tanto de 2 puntos como desde el triple.

Como LiAngelo Ball no es capaz de llamar la atención como su hermano pequeño —si bien hace 3 meses anotó 72 puntos en un partido—, habrá que esperar al próximo año para ver cual es el discurso que mantendrá su familia. ¿Una estrella incomprendida? ¿Le dejarán más a su aire porque parece ser el que menos futuro tiene en el basket? Su padre ya habló de más presumiendo de un talento que los expertos no terminan de ver y tienen mucho más camino que recorrer que con Lonzo. Veremos.

LaMelo Ball: ¿Hablar aunque hablen mal de ti?

Ai LaMelo, LaMelo… En buena te has metido. El pequeño, solo quince años aunque lleva desde los trece comprometido con UCLA, es un caso extraordinario. En los últimos años, no recuerdo a ningún jugador de instituto que haya llamado tanto la atención… aunque no sea para bien.

Mezcla las canastas imposibles incluso desde el medio campo con una excesiva individualidad. Y su falta de compañerismo en ataque es superada por el pasotismo defensivo que se le ha podido ver, paseando las pocas veces que baja a defender; porque muchas veces no pasa del medio campo a modo de palomero. Así consiguió sumar 92 puntos en solo partido, algo que le trajo muchas críticas tanto a él como al instituto (¿eso se debe enseñar?)

Por falta de información, no puedo confirmar la relación que pueda tener LaVar Ball con esta forma de jugar de su hijo. Aunque deja mucho que desear que no haya nadie, ni su entrenador ni su padre, que ponga firme a un joven que no parece formar parte de un equipo. 

Eso sí, el objetivo ya está cumplido: LaMelo Ball saldrá periódicamente en los medios, se le seguirá de cerca y, si encima, Lonzo Ball tiene un buen rendimiento en la NBA podría tener un puesto seguro en el baloncesto profesional. Incluso si no cumple con las expectativas (expectativas casi impuestas por los suyos, porque las cosas pueden cambiar tanto en un chico de 15 años que no debería tener expectativa alguna más que esforzarse y mejorar todo lo que pueda, viéndose en su momento en qué se puede convertir). Fichar al «jugador de los 92 puntos» asegura unos ingresos económicos y de posicionamiento del equipo en los medios que puede valer su peso en oro bien llevado incluso si LaMelo no es una estrella.

El «Ball Team» está cerca de llegar a la NBA y LaVar parece que tiene toda la intención de dar caña siempre que sus niños no estén en la posición donde ellos crean que deban estar. Obviamente, a las franquicias pocos les va importar lo que hable o deje de hablar pero… ¿Cuál es la influencia que tiene sobre sus hijos?